NOVEDAD EDITORIAL PARA LA CUARESMA: «DIOS NO SE CANSA DE PERDONAR». PAPA FRANCISCO (CLARETIANAS)

“¡Dios no se cansa de perdonar!”. Así lo proclamaba ante la multitud el recién elegido papa Francisco en su primer Angelus en la Plaza de San Pedro. Es un mensaje que le gusta repetir y que ya ha quedado grabado para siempre en esas bellas palabras de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium:

“Éste es el momento para decirle a Je­sucristo: «Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te necesito. Rescátame de nuevo, Señor, acéptame una vez más entre tus brazos redentores». ¡Nos hace tan­to bien volver a Él cuando nos hemos perdido! Insisto una vez más: Dios no se cansa nunca de perdonar, somos nosotros los que nos cansamos de acudir a su misericordia” (EG, 3).

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Son palabras similares a las que ya conocían sus ovejas en Buenos Aires. Es el mismo mensaje que durante años habían escuchado en boca de su pastor. En torno a la Cuaresma, el cardenal Bergoglio –hoy Francisco– solía hablar a sus diocesanos de la misericordia, de ese amor de Dios que es más grande que nuestro pecado; de lo importante que es saberse amados infinita e incondicionalmente por Dios y de la alegría que nace del encuentro con Jesús. Palabras profundas y a la vez sencillas, tan amables y cercanas como comprometedoras.

El presente libro recoge las propuestas que durante varios años ofreció el papa Francisco a su arquidiócesis en ese sentido. No es la primera vez que algunos de estos mensajes aparecen publicados. Sin embargo, hemos querido ofrecer esta selección útil de sus palabras. Son palabras al más puro estilo Francisco que invitan y mueven al creyente a superar toda indiferencia. Basta con dejarse interpelar por esa llamada profunda a encontrarse con Dios y con los hermanos. Ese encuentro nos llevará a salir de nuestro aislamiento –tal vez inconsciente– que, como tentación permanente, amenaza siempre nuestra vida cristiana. De seguro, la lectura de estas páginas ayudará a vivir una Cuaresma con recogimiento, profundidad y sentido; pero, igualmente, este puede ser un libro que acompañe momentos importantes de retiro espiritual de muchos creyentes en cualquier época del año.

El pueblo santo de Dios se sabe invitado a caminar con Francisco en esta hora. En esta nueva etapa de la evangelización, caracterizada por la alegría, el papa Francisco nos invita a todos a beber de esa fuente del amor siempre más grande de Dios que se nos ha manifestado en Jesucristo. Se trata de un amor caracterizado por la ternura y por la misericordia; un amor capaz de llevarnos más allá de nosotros mismos. En él está la base de toda Esperanza. Cuando el corazón descubre la alegría del Evangelio, todo se ve diferente: el pasado se ve con agradecimiento, el futuro se afronta con esperanza y el presente se vive con más pasión. Cuando nuestra vida se sabe en manos de un Dios cercano y misericordioso el mundo toma otro color.

Las palabras del autor son el fruto maduro de muchos años de conocimiento cercano de las gentes, de discernimiento, de oración profunda, de saberse pecador reconciliado. En ellas se percibe la invitación a salir fuera, a romper las fronteras y las zonas de confort en las que nos sentimos cómodos y seguros. Del corazón que se sabe amado, “misericordeado”, surge con naturalidad esta dinámica misionera que no puede guardar para sí lo que ha recibido.