CLAUSURA DEL 800 JUBILEO DE LA ORDEN DE PREDICADORES (DOMINICOS)

(Dominicos).- El Angelicum, la Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino de los dominicos en Roma, acoge hasta el 21 de enero el congreso internacional que servirá como clausura al Jubileo 800 años de la Orden de Predicadores.

El congreso es el colofón a todo un año de celebraciones y pretende reflexionar sobre el lema «Enviados a predicar el Evangelio». Participan en él dominicos y dominicas de diferentes contextos culturales y eclesiales, para reflexionar y compartir experiencias en torno a la misión de predicación de la Orden en la actualidad.

Según palabras del Vicario del Maestro de la Orden, fray Vivian Boland: «Ha sido un buen año para nosotros. Hemos celebrado nuestra historia como Orden de Predicadores. Nuestra tarea principal es estar al servicio de la Iglesia y predicar el Evangelio. La pregunta sobre cómo podemos comunicarnos con la sociedad actual ha estado siempre presente. Así que no solo debemos pensar en el pasado y las personas que formaron parte de él, sino en cómo afrontaremos los desafíos de ahora».

«Esplendor de la Palabra», un documental sobre la misión de los dominicos, abrió el acto al que acudieron unas 600 personas llegadas de todos los continentes del mundo. Acto seguido sonó Alabar, bendecir, predicar, el himno del Jubileo, que en esta ocasión fue interpretado por los niños del instituto Santo Domingo de Roma.

Fray Carlos Azpiroz Costa, obispo y exmaestro de la Orden dirigió a los asistentes la primera de las ponencias: «Nueve años… un destino». Hizo un repaso de cómo la Orden se ha ido preparando durante nueve años para esta gran celebración que mira al futuro aprendiendo del pasado, «como un atleta que retrocede para coger carrerilla antes de ejecutar su salto de longitud». Fray Carlos recordó que el Jubileo comenzó en el año 2006 en Fanjeaux, celebrando el octavo centenario de la creación de la primera comunidad creada por Sto. Domingo de Guzmán, de hermanas. Por último, el exmaestro de los Dominicos compartió su visión de la Familia Dominicana: «es un movimiento de vida abierto a nuevas formas de misión».

A continuación el cardenal arzobispo de Praga, Dominik Duka O.P., dirigió una oración de apertura en la que recordó a los santos dominicos y resaltó que «donde no hay libertad no hay amor».
Fray Bruno Cadoré, maestro de la Orden de Predicadores, fue el encargado de la apertura oficial del congreso. En ella animó a los predicadores a salir por las carreteras, a través de las ciudades y aldeas para proclamar la Buena Noticia del Reino de Dios. Para Bruno «este congreso quiere ser el comienzo de un nuevo despegue, un congreso «para» la misión». El «para» indica un objetivo de todas las ramas de la Orden: abrir pistas, descubrir signos para el futuro de la predicación. «Tenemos que preguntarnos cómo actualizar la proclamación del Reino desde la escucha con otras culturas, religiones, y hacerlo en términos de colaboración con nuestra familia de Predicadores. Debemos también experimentar la alegría de ser enviados a predicar juntos, con la diversidad de la Orden».

La conferencia inaugural fue de un invitado de excepción: Fr. Mauro Jöhri O.F.M.Cap., general de los capuchinos y presidente de la Unión de Superiores Generales. Fr. Mauro indicó que los católicos hoy estamos llamados a testimoniar la gratitud del don maravilloso de la vida. «Muchas personas declaran que no quieren pertenecer más a la iglesia, otras se alejan sin hacer ruido, en otras hay cierta nostalgia que les genera un vacío, gente que se aleja pero que tiene en su interior interrogantes y necesita hablar de ello. Muchas personas se acercan a hablar con nosotros, con la necesidad de ser escuchadas sin ser juzgadas». Para el general de los capuchinos hoy más que nunca estamos llamados a proponer el Evangelio juntos, en fraternidad. «Necesitamos personas disponibles, que se dejen tocar, para que digan de nosotros que han encontrado personas felices detrás de los muros de un convento».

La jornada inaugural concluyó con el concierto Arte, música y predicación a cargo del coro Die Neue Vokalkapelle München, dirigido por fr. Robert Mehlhart O.P.

El 21 de enero, tras el congreso, el Papa Francisco presidirá la misa de clausura del Jubileo. Para el Maestro de la Orden, fray Bruno Cadoré «es muy significativo porque el Papa ha aceptado presidir esta eucaristía al final de nuestro Jubileo y para nosotros lo es porque podemos pedirle al Papa su bendición. Es como volver a repetir lo que hizo Santo Domingo hace 800 años con el Papa Honorio».

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