MATHEW VATTAMATTAM: ENTREVISTA EN ALFA Y OMEGA

MATHEW VATTAMATTAM: ENTREVISTA EN ALFA Y OMEGA

Entrevista al reelegido Superior General de los claretianos, P. Mathew Vattamattam. La congregación pone entre sus prioridades para el futuro la evangelización 2.0 con la creación de una Prefectura de Comunicaciones

(www.alfayomega.es.-) Reelegido superior general de los claretianos, pone entre sus prioridades la evangelización 2.0 con la creación de una Prefectura de Comunicaciones

Tras su elección, le vimos arrodillarse y recibir la bendición de sus hermanos. ¿Qué le decía a Dios?
Ser superior general es una llamada al servicio a los hermanos, y por eso necesito la oración. En ese momento sentía dentro del corazón que, sin lugar a duda, habrían de ser ellos quienes me bendijeran a mí. Por mi parte, el Espíritu me susurraba que debía permanecer abierto a recibir el don de servicio.

¿Qué ha supuesto para usted la reelección?
Esta reelección es expresión del deseo de la congregación de querer seguir caminando tal y como lo veníamos haciendo estos últimos seis años. No creo que me reelijan a mí personalmente, no creo que sea un nombramiento sobre mi persona. Más bien, es a continuar profundizando en la visión que nos dio el capítulo anterior y que procuraremos seguir trabajando a partir de este.

Hay una novedad respecto del anterior: un amplio proceso sinodal. ¿Por qué esta novedad?
En este tiempo ha habido diferentes llamadas que nos invitaban a caminar con otros. Pienso, por ejemplo, en la llamada del Papa a la teología de la sinodalidad. A todos nos ha formulado un nuevo interrogante, el de pensar por quiénes esta compuesta la congregación, que no se ciñe al superior general y su consejo. El Espíritu nos habla a todos, a cada uno de los hermanos. Por eso, en este momento es importante abrir el oído en comunidad, todos juntos. Así que hemos preparado el camino empezando por los laicos y continuando por las comunidades y los gobiernos provinciales antes de llegar al capítulo. Sin duda, la teología de la sinodalidad nos ha motivado. Hemos procurado ir tejiendo, a partir de las conversaciones precapitulares con todos, una serie de respuestas que nos ayuden a expresar dónde están nuestros sueños, dónde las enfermedades, cómo poder dar vida a nuestros proyectos misioneros…

¿Cómo se encuentra la salud de la congregación? ¿Hay vocaciones?
El momento histórico que estamos viviendo como Iglesia nos enfrenta a situaciones sociológicas de diversa índole, como la secularización, las familias fragmentadas y, en líneas generales, una fe cada vez más debilitada en Occidente. Como decía, esto nos toca a todos, y a nuestra congregación también. Sí que podría ofrecer datos que corroboren que donde hay más familias cristianas hay más vocaciones, y esto ocurre en países como Indonesia, Vietnam, Filipinas e India, además de muchos otros países de África. En América Latina van descendiendo, y en Europa hay pocas vocaciones. En cuento a cifras, la congregación se halla en una cierta bajada, aunque no muy pronunciada. Con todo, si eleváramos la mirada, caeríamos en la cuenta de que estamos hablando de un discernimiento que es un don, y es nuestra responsabilidad facilitarlo, ya sea para una llamada al presbiterado o para vivir como hermanos dentro de una familia religiosa.

¿Cuáles son las prioridades de cara al próximo sexenio?
Las nuevas prioridades son procesos que se tienen que poner en marcha, tal como exhortaba a hacer el cardenal Bocos. Pero para iniciar estos procesos antes hemos de preguntarnos por el cómo. Y en estos días lo estamos reflexionando en el capítulo. ¿Qué pretendemos decir cuando hablamos de arraigo? ¿Cómo hemos de ser? ¿Qué significa ser audaces en distintos contextos, cómo serlo en las periferias? Son distintos aspectos que hay que especificar. Por otra parte, estamos poniendo el acento en el mundo de las comunicaciones, especialmente en el continente digital. Así, pensando en el papel que hoy han de jugar los evangelizadores 2.0, hemos creado una Prefectura de Pastoral Bíblica y Comunicaciones, en la que estará al frente el padre Henry Omonisaye CMF, consultor del Gobierno General.

¿Cómo afrontar hoy la evangelización ante la pérdida de influencia de la fe?
La historia de la Iglesia tiene momentos de vida de la fe que son más altos y otros más bajos. Ahora estamos viviendo la secularización. Pero en este sentido, hemos de vivir con la esperanza de saber que, aunque el hombre olvide a Dios, Él no va a olvidarse del hombre. Dios camina con nosotros y lo hará siempre. En estos momentos, que son difíciles, la cuestión es cómo permanecer fieles tal y como nos enseñaron nuestros mártires. A veces habrá que pagar un alto precio, habrá que pasar por diversas humillaciones, pero hemos de vivir arraigados en la fe para ser misioneros. Luego, hay que estar precavidos ante una forma de pensar que hace cundir ciertos prejuicios sobre aquellos que han abandonado la Iglesia, olvidándose de que el hombre es creado por Dios. Habría que profundizar en el modo de caminar juntos, en cómo responder a las nuevas preguntas sin caer en las contestaciones de siempre, que suenan hoy antiguas. Este mundo contemporáneo nos pide audacia también en este sentido.

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