HERMANAS DE LA CRUZ: BEATIFICACIÓN DE LA MADRE MARÍA DE LA PURÍSIMA
La beatificación de Madre María de la Purísima en el estadio de La Cartuja de Sevilla con la asistencia de unas 45.000 personas, según el CEOP, engrandece a las humildes Hermanas de la Cruz a la que pertenecía esta beata y cuya fundadora, Santa Ángela, ya fue beatificada y canonizada por Juan Pablo II. Esta beatificación, la segunda de las Hermanas de la Cruz en su poco más de siglo de existencia, ha sido presidida por la imagen de La Macarena, que ha salido por primera vez del casco histórico para cruzar el antiguo cauce del Guadalquivir y adentrarse en la isla de La Cartuja.
A la beatificación han asistido los cardenales Amigo Vallejo, Rouco Varela y García Gasco; el prefecto de la Congregación de Santos, Ángelo Amato; el nuncio en España, Renzo Fratini; una treintena de prelados, entre ellos, el nuncio en Rumanía, Javier Lozano, o el obispo de la diócesis argentina de Añatuya, Adolfo Armando Uriona, y seiscientos sacerdotes.
El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, ha destacado que las Hermanas de la Cruz, «son la admiración de Sevilla y de todas aquellas poblaciones de Andalucía, España, Italia y Argentina donde tienen sus casas». El Prefecto Mons. Amato ha sido todavía más elogioso hacia la figura de la nueva beata, aunque quizá de forma algo desacertada en sus palabras, pues da pie a mal interpretarlas en el sentido de que pareciera haber establecido una comparación entre la santidad de la nueva beata y la falta de santidad en otras religiosas y religiosos del momento: «Ella quiso que su Instituto se mantuviera fiel a las auténticas fuentes de la vida consagrada: fidelidad a la Regla y al espíritu de la Fundadora y docilidad y obediencia a la Iglesia y a su Magisterio. Mientras que todo a su alrededor era un piadoso espectáculo de relajación en la doctrina y en las costumbres». Unas palabras que, sin duda, darán algo que hablar.
Nunca jamás ví tanto desacierto en un Prefecto. Su ignorancia es una osadía tremenda («La ignorancia es atrevida»). Suena grosera, falta de miras, de altura, de visión. El Prefecto Amato, saltándose lo que la Iglesia mandó por decreto (Perfectae Caritatis) a los religiosas y religiosas en lo que se refiere al hábito se atreve a decir y alabar en su homilía que la nueva Beata «se mantuvo en afirmar que a nosotras nada nos impedía continuar vistiendo como en tiempos de nuestra Santa Fundadora y en confirmar nuestra fisionomía, afianzando con fuerza nuestro carisma para no alejarnos del que nuestra Santa Madre quería que fuese nuestro Instituto. Esto lo defendió, luchó por esto y lo consiguió, a pesar de las sonrisas irónicas de otros institutos religiosos y de sacerdotes que nos ridiculizaban”.
Esto clama al cielo. El número 17 del Decreto conciliar Perfectae Caritatis obliga (por decreto), expresamente, a adaptar y camibar el hábito religioso. Es un tema menor, pero ya se sabe en la superficialidad e ignorancia que viven algunos monseñores que ridiculizan el esfuerzo de renovación y la fidelidad a la nueva normativa que pedía la Iglesia a ls religiosos. Deslumbrado por el número de vocaciones de alguna congregación (hace poco andaban deslumbrados por los Legionarios de Cristo aunque ahora no se atreven a decir ni pío) es capaz de decir barbaridades de sus propios hermanos y hermanas religiosas. Es una auténtica vergüenza. A este tipo de insensatos hay que denunciarlos ante el Papa. Yo, como tantas personas, nos sentimos indefensos ante este nuevo atropello. Ya que no puedo hacer otra cosa, ahí queda una palabra de queja frente a los atropellos de algunos que ostentan la autoridad en la Iglesia.
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