CARTA DE LA HERMANA VERÓNICA BERZOSA (IESU COMMUNIO) «A NUESTRAS HERMANAS CLARISAS»

(Horeb.-) El boletín de la URC ha dado a conocer hoy la carta que la Hna. Verónica Berzosa, fundadora del nuevo instituto de derecho pontificio Jesu Communio, dirigió la víspera de navidad a las hermanas clarisas.

En esta extensa y sincera carta, la Hna. Verónica ofrece sus explicaciones a las hermanas sobre los asuntos que han girado en torno al proceso seguido en la aprobación del instituto, sobre algunos temas que han ido saliendo a la luz pública en forma de acusaciones y que dañaban el nombre de esta nueva realidad, sobre los apoyos recibidos, las vocaciones que fueron llegando, su obediencia a la voz del Espíritu,… A su vez, la hermana Verónica, ofrece sus excusas por el «sufrimiento que, sin pretenderlo, o a causa de nuestra fragilidad, os hayamos causado».

Por su interés, reproducimos íntegra esta carta para los lectores de masdecerca.com

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Iesu communio

La Aguilera-Lerma, 24 de diciembre de 2010

Queridas hermanas: La Madre Presidenta me invitó a escribiros; le agradezco sinceramente esta invitación que tanto deseaba. Dejo en sus manos esta carta para que ella os la transmita. Deseo abriros el corazón y dirigiros esta carta en tono familiar y más confidencial que la nota informativa que salió en la prensa, dirigida a los que, movidos por el amor que nos tienen, solicitaban una información amplia de lo que estamos viviendo. Quiero compartir sencillamente con vosotras que la reciente decisión de la Santa Sede viene a reconocer y confirmar una forma de vida que ha recorrido antes un largo camino que se ha ido configurando paulatinamente. Cuando alguien se propone escribir acerca de un designio de Dios, no encuentra palabras con las que expresar tanto bien recibido, sin mérito alguno. Explicar este hoy sería como pretender explicitar detalladamente la llamada al seguimiento de Jesucristo. Una sólo sabe reconocer que su corazón ha sido robado por el amor entregado de Dios, y que, encontrado el Tesoro incomparable, ya no puede más que avanzar en el camino que Él va indicando. Siempre me han impactado las palabras de H. Urs von Balthasar, cuando sintió la llamada de Dios: «Tú no tienes que elegir nada, has sido elegido. Se te dará la vocación como tarea a desarrollar. No necesitas nada, se te necesita a ti. No tienes que hacer planes, eres una piedrecita de un mosaico ya existente. Todo lo que yo tenía que hacer era simplemente dejarlo todo y seguirle, sin hacer planes, sin el deseo de experimentar intuiciones particulares. Sólo debía estar allí, sencillamente quedarme quieto para que Él me tomara». En verdad siento que el camino recorrido no ha sido fácil. Tampoco ha estado exento de cruz, pero ha sido necesario, porque el grano de trigo tenía que caer en tierra y morir para que despuntara y floreciese el fruto que Dios quería. A la luz de este momento, releo cómo nuestra forma de vida se tejía en el silencio de Nazaret. Es verdad que hoy estamos llenas de gozo, pero siento que es el mismo gozo que teníamos ayer y siempre, porque la alegría consiste en estar en la voluntad de Dios día tras día. Un día, leyendo el artículo de Mons. Jesús Sanz Montes, franciscano, El lugar eclesial del carisma de Santa Clara, encontré estas palabras: «Ni Clara, ni Francisco sabían más. Por eso señala el biógrafo con gran agudeza: Francisco la conducirá al monasterio benedictino de San Pablo, no porque fuera ése el locus charismaticus de Clara, sino porque representaba un lugar seguro de espera donec aliud provideret Altissimus —hasta que el Altísimo dispusiera otra cosa— (LegCl 8)». Confieso que al principio sentí alivio… ¿quizás sería esto lo que nos estaba pasando? Pero luego me dije: «No, esto no ha sido así para nosotras». Santa Clara estaba cierta de que ése no era su lugar; y de hecho, su estancia allí fue muy breve. Nosotras hemos abrazado de corazón el carisma franciscano, sin duda en medio de mucha fragilidad. Puedo afirmar que no hemos buscado «un lugar seguro hasta que el Altísimo dispusiera otra cosa»; en verdad no ha sido así. Lo que alcanzo a discernir en este hoy es que Él ha querido que esta forma de vida, Iesu communio, tuviese su cuna en la Orden Franciscana, y estamos muy agradecidas a Dios por este don; sólo Él sabe por qué, y quizá más tarde, e incluso posteriores generaciones, comprenderán. Hemos tenido la gracia de beber intensamente en las fuentes de la espiritualidad franciscanoclariana, pero también es verdad que hemos sido formadas en el conocimiento de los Padres de la Iglesia. Además, ha sido muy decisiva en nuestra formación la persona y el Magisterio de nuestros Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, así como la rica tradición espiritual del patrimonio de santidad de la Iglesia, y los escritos de teólogos como Joseph Ratzinger, Hans Urs von Balthasar, Henri de Lubac, etc., quienes nos han ayudado a profundizar en nuestra experiencia concreta y en nuestro peregrinar en la fe. Debo mi perseverancia a la Madre Clara Tras veintisiete años desde mi entrada en el monasterio, me atrevo a afirmar que debo mi perseverancia en la vocación a la Madre Clara; en ella veo realizado el sueño de Dios sobre una mujer formada esposa y madre según el corazón de Cristo. Ella me ha confirmado con su vida que la sed esponsal de Cristo, que Él hizo arder en mi interior desde mi juventud, sólo se colma en Jesús, Vida nuestra, nuestro inseparable vivir. Sus cartas han sellado en mí la certeza de que la consagración es un camino de plenitud, de bienaventuranza, vivido en un «amor incomparable» (Sta. Clara, Carta III), y esta certeza inquebrantable me ha sostenido en mi perseverancia. Francisco y Clara me han mostrado el gozo del seguimiento a Cristo en una libertad envidiable. «Pero ¿por qué no nos habéis informado antes?», nos preguntáis muchos Nos han llegado constantes ecos y algunas cartas, preguntando: «¿Por qué no nos habéis informado antes?» Quiero deciros con toda sinceridad que nosotras ni siquiera nos hemos propuesto informar o no informar, sino que hemos dejado que la vida transcurriese, tratando de secundar siempre lo que Dios quería de nosotras. El día 31 de mayo de 2010, como sabéis, vinieron las hermanas de nuestros monasterios de Burgos, y en ese encuentro les expusimos el momento que estábamos viviendo. Incluso sor María Javier, de Castil de Lences, hizo una crónica que se publicó en la revista Hermanas Menores. Como comprenderéis, no se podía explicar íntegro el contenido de la forma de vida presentada al Dicasterio, porque, una vez que la cuestión estaba sometida a su estudio, era obligado guardar reserva para no prevenir el juicio de la Santa Sede ni interferir en él. Por tanto, ni a la Madre Presidenta, ni al Padre Asistente, ni a los demás miembros de la Orden pudimos informar de la marcha de este estudio, que ni siquiera nosotras conocíamos. Desde abril hasta finales de noviembre han sido meses de silencio por parte de la Congregación y, en consecuencia, también por nuestra parte, hasta que hablaron con nuestro Sr. Arzobispo D. Francisco Gil Hellín, el cual nos comunicó que la Congregación para la Vida Consagrada, con el beneplácito del Santo Padre, aprobaba lo que estábamos viviendo como un nuevo Instituto Religioso de derecho pontificio llamado Iesu communio (Comunión de Jesús). Quiero aclarar que la comunidad entera sí conocía íntegramente todo lo que se presentó en Roma; se leyó y explicó punto por punto con todo detenimiento en el Capítulo presidido por el Sr. Arzobispo, incluso a las novicias y postulantes. Después todas las hermanas votaron en secreto. Todos los votos fueron favorables para que fuera presentado a la Congregación lo que allí se exponía, quedando totalmente abierto a su discernimiento. Todas las hermanas compartíamos la disposición de obedecer a la Iglesia, fuera cual fuera la resolución, para avanzar en la voluntad de Dios. Otra pregunta insistente y dolorosa: «¿Por qué no repartís?» Al ser cada vez mayor el número de hermanas, insistentemente nos llegaban voces desde dentro de la Iglesia: «¿Por qué no repartís? Algunos monasterios se extinguen por falta de vocaciones, ¿por qué no los ayudáis para que no se cierren? ¿Acaso queréis crear algo diferente?» Hubo quienes incluso nos aconsejaban que no recibiésemos más vocaciones, si en verdad amábamos a las jóvenes, mientras no tuviésemos claro qué íbamos a vivir… Estas voces, día tras día, a la vez que nos hacían sufrir, nos han hecho mucho bien, porque nos han ayudado a arrodillarnos con la súplica de san Francisco: «Señor, que realicemos tan sólo tu simple y puro querer», sin pretensión que lo empañe o eclipse. En conciencia, no podíamos repartirnos, sencillamente porque no era la voluntad de Dios, y creo que está claro a la luz de este hoy. Pero creedme que lo que más nos ha hecho sufrir era el reproche que algunos expresaban en términos semejantes a estos: «Vosotras no hacéis bien a las Clarisas, porque no mostráis su verdadero rostro…» Y quizá tenían razón, pero nosotras no podíamos dar ningún paso si el Espíritu de Jesús no lo indicaba. Quiero confiaros, para que estéis informadas de primera mano, e incluso podáis responder a quienes os preguntan, que nos ha sorprendido dolorosamente oír no pocas veces que hemos recibido a nuestras hermanas de Briviesca y de Nofuentes para quedarnos con su patrimonio, y que nos hemos aprovechado del Santuario de La Aguilera. La sencilla verdad es que nuestras hermanas de Briviesca y Nofuentes fueron informadas de lo que estábamos viviendo y de lo que nosotras conocíamos hasta el día que vinieron. Nos parecía un deber de conciencia explicárselo con toda claridad antes de dar el paso; y ellas, con humildad y libre decisión, insistieron en venir a nuestra comunidad. En cuanto al Santuario de La Aguilera, en el Comunicado se explican brevemente las condiciones en que pudimos comenzar a usarlo, y estamos agradecidas a los Hermanos Franciscanos, que se avinieron primero a cederlo y, posteriormente, a vendérnoslo. Duda de las jóvenes vocacionadas: «¿Por qué aquí sí y no en otro lugar?» Creo que es oportuno daros a conocer lo que una tras otra expresábamos en conciencia antes de dar el paso a la profesión, porque «el corazón sangraba» al no acabar de identificarse con la forma de vida en la que habíamos entrado. Las nuevas jóvenes vocacionadas, que llamaban a nuestra casa acuciadas por la sed de Cristo, pronto manifestaban: «¿Por qué siento la llamada a consagrarme únicamente aquí?, ¿por qué veo en vosotras lo que quiero vivir y ponéis nombre a lo que yo tengo en el corazón? Sólo sé que tengo esta certeza —decían—, pero no sabría responder a la pregunta que tantos me hacen: “Si te sientes llamada a ser Clarisa, podrías vivir en cualquier monasterio de Damas Pobres…”, pero la realidad no es así». Durante los años en que he sido maestra de novicias, era testigo de cómo las hermanas se entregaban gozosas el día de su Profesión Solemne con un «sí» para siempre a Cristo y a su voluntad, pero es verdad también que me decían: «Yo profeso lo que vivimos, esta realidad, pero no me identifico con la Regla y las Constituciones de las Hermanas Clarisas»… Yo les decía: «Hija, nosotras somos Clarisas, llevamos este hábito y hemos profesado esta Regla, esto es lo que hay; si quieres, lo tomas y si no… puedes irte». Jamás se ha sostenido a nadie hablándole de la posibilidad de comenzar un nuevo camino. Lo más bello es que profesaban en total libertad, tras haber abierto con transparencia a los superiores y sacerdotes sus inquietudes. Nosotras, sin más, confiábamos en que era Él mismo, y a su tiempo, el que tenía que desvelarnos a todas y a cada una lo que ya estaba realizando. Es verdad que Dios no pone ningún deseo en el corazón que no vaya a cumplir, pero es necesario saber esperar. Se trataba de dejar a Dios que hiciese su camino; a nosotras nos tocaba arrodillarnos y secundar lo que Él quería, dejar nuestra vida en sus manos y vivir en obediencia sencilla cada día, con la confianza de que Él nos mostraría lo que quería de nosotras. Nos queda una gran paz, porque Dios siempre ha tomado la iniciativa Al leer hoy nuestra historia de salvación concreta, me llena de gozo ver que la iniciativa y el tiempo siempre han sido de Dios. Éstos son, en síntesis, los pasos sucesivos de este peregrinar. Como sabéis, a partir de 1994 el crecimiento de hermanas fue muy rápido y «amenazaban con estallar» las paredes de nuestro monasterio de Lerma, que podía albergar, como mucho, a treinta y tres hermanas, y en el que hemos llegamos a vivir hasta ciento treinta y una hermanas. Tras muchas «noches de búsqueda» de un lugar para acoger a las hermanas presentes y a las que insistentemente mendigaban a nuestra puerta vivir junto a nosotras, sólo se nos abrió con realismo un lugar. Digo «con realismo», porque un bienhechor, de forma espontánea, prometió ayudarnos a reconstruir este convento concreto de La Aguilera (Burgos), Santuario de San Pedro Regalado. Así se manifestó el camino de la Providencia, que suponía tener las dos casas en nuestra propia diócesis de Burgos. Estábamos ya deseando venir a vivir a La Aguilera. Llevábamos casi 3 años en obras preparando este lugar. El paso, que era «obligado dar» por el número de hermanas, exigía pedir un permiso al Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, Cardenal F. Rodé, en orden a que nos concediese «ser una única comunidad Lerma-La Aguilera en dos sedes diferentes con un solo gobierno». En este momento vino a visitarnos nuestro Sr. Arzobispo; no puedo dudar que fue movido por el Espíritu Santo. Hoy nos parece ver cómo Dios tomó la iniciativa en la persona del pastor que Dios había dispuesto para ser guiadas y que, desde el primer momento, se volcó en ayudarnos. Era mayo y, con ocasión de administrar el Sacramento de la Confirmación en la parroquia de Lerma a algunos jóvenes, quiso visitar los tres monasterios de clausura del pueblo y manifestó el deseo de verme a solas con motivo de mi reciente elección de Abadesa en marzo, para alentarme en la nueva andadura. Estuvimos dialogando menos de media hora, y sólo puedo decir que, por designio de Dios, mi corazón descansó en él, porque pude abrir lo que estaba sucediendo en nuestro monasterio de un modo, creo, que hasta entonces Dios no había querido que abriese; os confieso que había hecho algunos otros intentos, pero todo, una vez más, me confirma que el tiempo y la hora son de Dios. Me insistió en que era un tiempo en el que había que orar intensamente para saber discernir en verdad qué quería el Señor de nosotras en este acontecer concreto. Su invitación a orar y a esperar en Dios me llenó de alegría, y vuelvo a afirmar que, sobre todo, el corazón descansó. Sin duda que en este camino y en este momento necesitábamos más que nunca ser acompañadas, porque sólo en obediencia podríamos seguir avanzando en el designio de Dios, bajo el impulso del Espíritu de Jesús, en total transparencia y filial confianza ante la Madre Iglesia, en cuyo seno hemos nacido y queremos vivir. En este nuevo paso, llevábamos bien grabadas a fuego las palabras de santa Clara: «Vivid siempre fieles y sujetas a los pies de la Madre Iglesia». El 27 de junio llegó la contestación del Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada. Nos llenó de gozo su respuesta paternal y llena de caridad. En ella nos decía: «Este Dicasterio ha decidido acoger la instancia en espera de que la Comunidad llegue serenamente a una mayor claridad respecto a lo que se sienten llamadas a realizar. Tal concesión es válida por tres años, con el ruego de enviar anualmente una relación a este Dicasterio». Volvimos a tener un encuentro, y el Sr. Arzobispo me manifestó su gozo por esa acogida del Dicasterio a nuestra petición, y con más fuerza me insistió en la necesidad de ir definiendo lo que estábamos viviendo, y me dijo: «Madre, creo que esta realidad nos desborda; necesitaríamos un buen canonista de la Madre Iglesia que nos ayude a dar forma y a expresar esta “realidad ya hecha cuerpo”… Sois muchas hermanas y la Congregación, ante “una solicitud muy particular”, como os decía en su respuesta, os pide que os vayáis definiendo… Si quieres, me pongo en camino y llamo a la puerta de un canonista en el que he pensado». Ante ellos, Madre Blanca y yo, en la medida que el Espíritu nos permitía, abrimos con sencillez nuestro corazón, ciertamente no buscando discernimiento sobre nuestra vida personal, sino sobre lo que Dios estaba obrando en la comunidad. Ellos no trataron más que de ayudarnos a buscar la voluntad de Dios en este peregrinar bajo el soplo del Espíritu. A lo largo de este año hemos tenido los encuentros necesarios con el Sr. Arzobispo. Él me repetía: «Sin prisa, Madre, pero hay que trabajar y avanzar en este discernimiento». Yo le preguntaba con mucho temor y respeto: «¿Usted cree que es la hora de presentar esto, padre?» Y para que en nada nos buscáramos a nosotras mismas, seguimos dejando este discernimiento abierto a nuestra amadísima Iglesia, a quien debemos todo lo que somos y tenemos, sin pretensión ni prisa, porque nada nos impedía ya, en el hoy de su gracia, ser de Cristo y querer cada día más su voluntad. Como veis, creemos que en esta realidad en la que nos hemos visto inmersas no ha habido ninguna planificación previa, sino que hemos querido ir dando respuesta a lo que el Señor iba y va haciendo. Primero la «obligación» de vivir en otro lugar por el número de hermanas y, por tanto, de escribir a la congregación; y después ni siquiera fuimos nosotras las que llamamos a la puerta de nuestro Sr. Arzobispo pidiéndole discernimiento en este momento; creo que ni nos atrevíamos, aunque lo deseábamos con todo el corazón. Todo pertenece a Jesucristo, también el tiempo de espera. Era necesario que su designio sobre nosotras fuera madurando. Nosotras somos las primeras sorprendidas por este designio de Dios Como ya sabéis, junto a la afluencia de vocaciones, a la vez se fue dando otro fenómeno. Sobre todo a partir de 1994, comenzaron a venir, sin convocarlos, numerosos grupos, peregrinos sedientos en cuyo corazón ardía un deseo: «Queremos ver a Jesús» (Jn 12,21); querían compartir la fe y, por ello, los locutorios del monasterio se abrían para dar testimonio, y también se invitaba a la oración. De Roma nos pidieron hacer una estadística de este acontecer, y calculamos que en seis meses habían pasado catorce mil personas, sin contar las visitas privadas de las hermanas; la mayor parte de ellos eran jóvenes en búsqueda. Ahora entendemos mucho más por qué nos han impactado siempre estas palabras de Juan Pablo II pronunciadas en Ávila a las contemplativas en 1982: «Consientan vuestros monasterios en abrirse a los que tienen sed. Vuestros monasterios son lugares sagrados y podrán ser también centros de acogida cristiana para aquellas personas, sobre todo jóvenes, que van buscando una vida sencilla y transparente en contraste de la que les ofrece la sociedad de consumo». Sentimos que nuestra llamada es ser por entero esposas de Cristo, consagradas, con la misión de ser una casa abierta, posada del Buen Samaritano, para hacer presente, en la comunión, a Jesús Resucitado a tantos peregrinos que llaman día y noche a nuestra puerta, y así los que están sedientos y heridos puedan encontrarse con Jesucristo Redentor y experimentar que han sido acogidos en la oración y presentados al Padre, esperados como hijos por la Madre Iglesia; queremos ser lugar de encuentro para avivar en comunión nuestra fe, hasta hacer arder el deseo de santidad como plenitud de vida. Y este peregrinar de gente sigue sucediendo cada vez más. Nosotras no hemos elegido el modo de dar la vida. En nada sentimos negación de un carisma radiante Creemos firmemente en la vocación íntegramente contemplativa; es más, creemos que es la corriente subterránea que sostiene todo vivo y cuida el florecer de todas las realidades de la Iglesia; esto, hemos tenido el privilegio de verlo y vivir en ello. Es imposible sentir la negación de un carisma radiante como es el de las Damas Pobres de Santa Clara, que en su seno ha generado grandes santos en la Iglesia; no se trata de una negación, sino de una afirmación de un designio concreto de Dios sobre nosotras. Sólo tenemos agradecimiento por todo el bien recibido A nosotras mismas, pobrecillas, no deja de sorprendernos esta llamada y, sobrecogidas y agradecidas, nos sentimos impulsadas a corresponder al don de Dios. Por ello, nos postramos conscientes de la gran responsabilidad que conlleva este momento, pero vivimos en la plena confianza de que el que inició esta obra, Él mismo la llevará hasta el fin. Suplicamos vivamente vuestra oración, para que no malogremos su designio sobre nosotras y nos dejemos siempre hacer por Él. Sólo tenemos agradecimiento hacia la Orden Franciscana por todo el bien recibido, agradecimiento que esperamos saber transmitir a las futuras generaciones, porque en la voluntad de Dios no hay ruptura de corazón. Perdonadnos el sufrimiento que, sin pretenderlo, o a causa de nuestra fragilidad, os hayamos causado. Pedimos a Dios seguir viviendo en comunión, ofreciéndonos unos por otros. Que la Virgen María, Madre y Maestra nuestra, interceda por todos. Gracias, Jesucristo, gracias, Madre Iglesia, gracias, hermanas. Siempre una vida: Jesús y su voluntad, Hermana Verónica Mª

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    I think that what you typed was actually very reasonable.
    However, consider this, suppose you added a little information?
    I ain’t suggesting your information is not solid., but suppose you added something that makes people desire more?
    I mean CARTA DE LA HERMANA VERÓNICA BERZOSA (IESU COMMUNIO)

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    MARIA 11 años

    PAX, SOY MARIA,SI LA MADRE VERONICA SE HUVIERA COLADO EN MI VIDA ANTES…. Y NO TAN TARDE, HOY POSIBLEMENTE SERIA UNA DE ELLAS.LA CONOCI, DE LA MANERA MAS SIMPLE EN UN HOSPITAL.Y, SI SU MIRADA TRANSMITE,SERENIDAD DE SABERSE EN MANOS DE DIOS,MI FORMACION RELIGIOSA, FUE INTENSA.FUI BENEDICTINA…PROFESA SOLEMNE…Y CUANDO LLEGE ME DI CUENTA, Q TODO EL MUNDO, TB DENTRO ESTA X EL PUESTO,EL FAVORITISMO. ME DI CUENTA TAL VEZ DEMASIADO TARDE Q ESE NO ERA MI SITIO, Q ASI NO QUERIA VIVIR. ENTONCES PLANTEE DE OTRA FORMA MI VIDA,DENTRO DE LA PROPIA CLAUSURA,LA VIDA SE HIZO INSUFIBLE…DEJE EL BARCO Y ME TIRE AL AGUA…DESPUES DE ALGUNOS AÑOS Y CON LA DISTANCIA Y LA CABEZA FRIA, NAVEGO DESDE LA OTRA ORILLA.ANIMO!!!!!!

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    Marta 11 años

    No puedo hablar mas que desde el punto de vista humano, no religioso, ya que parece ser que el don de la fe no me ha sido regalado. Solo apuntar que se de Sor Veronica desde que entro como postulante en Lerma, y he podido seguir su trayectoria intermitentemente. El dia que la conoci, pense, menuda trepa con sonrisa de plástico y creo que no mi intuición no se equivoco. Solo decir que pienso que ha sido desleal, primero a su orden, y después a muchas personas que confiaron en ella, entre las que se encuentra un familiar mio. Que conste que esta es mi opinión, no la de mi familiar. Se ha valido de ellas y las ha utilizado para montar su historia, y eso dice mucho de ella como persona. No me gusto y no me gusta.

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    Matilde 11 años

    Estoy cansada de estos carismas de las narices que producen iglesias dentro de la Iglesia. Para eso ya tenemos a los evangélicos y luteranos. Todos los grandes de la Iglesia lo han sido dentro de ella y no se han dedicado a hacer parecelitas donde vivir a su gusto. Si tan santa y clarividente es mejor que hubiera dedicado sus dotes a aportar fuerza a la vida contemplativa sin más. A escribir, y esas cosas. Todo es una cursilada y gran parte de la culpa la tuvo Juan Pablo II, quien dió mucha cuerda a los «carismáticos», que por lo demás, estan mas cerca de Lutero de lo que se piensan. Mucha ignorancia, esa será la perdiciópn de la Iglesia Romana.

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    Matilde 11 años

    Demasiado rollo esto de los carismas; así acabaran con la Iglesia. Este lenguaje de «sentir la llamada de Dios», esta pretensión de llegar a saber qué quiere Dios de ellas y de asegurar que lo que sienten y piensan es lo que Dios les ha imbuido. Demasiada soberbia y petulancia. Por no hablar de esa forma desaliñada de vestir, gesticular (patético el gesto de abrazar al Papa copmo si fuera su primo) y esos cantos cursis y papanatas que les gustan tanto… Pena de Iglesia!!

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    Paquita 12 años

    comparto totalmente la opinion de Baena porque abandonar a las Clarisas cuando mas necesitan de gente joven, porque estas 180 jovenes no se repartieron entre los numerosos conventos de clarisas aportando sangre joven a una orden realmente digna de fiar después de tantos siglos de existencia? es algo necesario este Jesu Communio ? Dios dirá y dentro de varios años veremos lo que será de ello.Personalmente no veo el interés de multiplicar las congregaciones religiosas sino que en una época en que escasean las vocaciones parece más sensato venir a reforzar las grandes ordenes que han demostrado alo largo de los siglosque son obras duraderas de Dios.
    Ad majorem Dei gloriam como dicen los Jesuitas

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    JOAQUIN 12 años

    Huele raro, algo buscan,¿que buscais?,180 monjas reunidadas puffffff huele raro raro, algo ha quedado sin saquear seguro. eso estan buscando , han descubierto algo y se lo ha contado a las demas, y es tan sumamente importante que 180 mujeres licenciadas se vallan a buscarlo,¿que habeis descubierto en algun escrito antiguo?bueno jejej habra que vigilarlas jejej. buscais un espiritu santo, algun rey grande enterrado, buscais su espiritu y su oro ladronas .Os deberian meter a todas a la carcel.Si supiera el rey a lo que os dedicais todavia o seguramemente tambiem se llevara parte no.

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    Iñaki 13 años

    Por sus obras se conoceran.Como la hermana Veronica dice es muy dificil exponer en palabras una vocacion… Encuentro mucha verdad de corazon en todo lo que escribe. Una vocacion que ha sido entregada a ella y la ha compartido con sus hijas y hermanas, desde un desconocimineto de lo que la pasaba. El espiritu ya lo dijo nuestro Señor sopla donde quiere y va donde quiere y no se sabe donde vien ni a donde va.Encuentro mucha copherencia.
    Conozco esta comunidad desde hace años de forma muy casual cuando no eran copnocidas y casualidad que fue en una toma de habito. Yo no vivia la realidad de ser cristiano y puedo decir queme toco la foibra ver como rezaban. Un saludo entrañable y algo nuevo que nace desd la cruz es autentica garantia de la verdad

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    Baena 13 años

    Soy católica y practicante, pero lo siento Sor Verónica, no me convenció hace algunos años cuando vi a una amiga profesar con las clarisas y no me convence ahora. Lo único que ha buscado y busca es su propia autocomplacencia y su “super” cuota de poder. Porque si tanto quieren y siguen lo que predicaba Juan Pablo II ¿Por qué no han acudido a cuidar a las monjas clarisas ancianas que necesitan ayuda de manos jóvenes que las levanten de sus camas y les preparen una comida en conventos con tres y cuatro ancianas? O todas o ninguna. Lo siento se ha saltado las normas y como está muy bien relacionada la curia de la Iglesia le ha arropado y le ha consentido caprichos de niña pequeña “quiero mi propia congregación”. Su sonrisa a mi Afortunadamente no me gustó.
    Lástima esto es una Iglesia a la carta.

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    MARIA 13 años

    BUENOS DIAS: DESEARIA ME INFORMARAN SI DISPONEN DE SITIO PARA HACER UNA PARADA DE UNOS DIAS ( SEGUN TENGAN POR NORMA)PARA RETIRARME DEL MUNDO SIN TELEFONOS,INTERNET…. EN FIN PODER MEDITAR.

    ATENTAMENTE ESPERO SUS NOTICIAS. MARIA

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    josepa 13 años

    dios padre,tu que enviaste al cordero y a la paloma mira por iesu comunio,protegelas.os amo hermanas.

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    Soy religiosa y a mí me pasa al revés que a Sor Verónica y las demás hermanas: me identifico con el Carisma y Constituciones de mi Orden y NO ME IDENTIFICO CON EL MODO DE VIVIRLO HOY, hace falta un cambio para vivir acorde. ¿QUÉ TENEMOS QUE HACER? RECEN POR NOSOTRAS Y A VER SI NOS PONEMOS DE LIMPIEZA CONGREGACIONAL DE UNA VEZ.

    GRACIAS, POR VUESTRO EJEMPLO HERMANAS DE IESU COMUNIO.

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    GÜI 13 años

    Hay muchas cosas que ‘huelen’. Unas bien y otras regular, como la misma vida. No me ha gustado nada ese agrupamiento masivo de gente que, por muy cristianas que sean, hace perder lo que significa el camino recorrido por la iglesia en lo que significan las relaciones interpersonales en comunidad. Pero tiene de bueno que, en una vida contemplativa y sencilla hay posibilidades de vivir con alegría y libertad.

    Puede haber cosas ‘amañadas’ pero el Espíritu de Dios también se puede valer de ello para confundirnos con nuestros planes. Tantas veces de pobreza ha sacado y saca vida de nosotros mismos que ¿por qué no puede surgir vida de esta realidad?

    Necesitamos testimonios evangélicos.

    Hay formas antiguas que están llamadas a reformarse o morir.

    Tendríamos que recuperar una iglesia más libre, evangélica, con menos ‘leyes’ y más ‘espíritu’.
    También más humana y humilde.

    Quiera Dios que todo sea para el bien de los que aman a Dios.

    No me gusta que se nombre Iglesia nueva o vieja… La Iglesia de Jesús SIEMPRE TIENE QUE SER NUEVA. UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. EL ESPÍRITU ES ETERNA NOVEDAD Y NOSOTROS QUEREMOS ENCORSETARLO.
    Un saludo fraterno

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    Pilar 13 años

    Ante éstas… ¿valientes? acusaciones anónimas pienso que se podría decir que las jóvenes que iban llegando se sentían atraídas por un carisma que no sabían explicar, sin que antes nadie las hubiera formado en ello!!! se ve claramente! luego, la madre verónica les habló de cumplir la Voluntad de Dios. Creo que los que no saben ver en esto la Voluntad de Dios se deberían preguntar a sí mismos ¿sé cuál es la Voluntad de Dios para mí? ¿me importa acaso la voluntad de Dios? ¿creo que se puede llegar a oir alguna vez la voluntad de Dios? Puede que ni se atrevan, o que no tengan ni idea de lo que les hablo…
    Me alegro de que esta nueva realidad eclesial encuentre desde el principio oposición, murmuraciones, dimes y diretes y críticas llenas de mala baba, porque eso fortalecerá a la nueva institución y les hará un gran bien, así que sigan con sus criticas, que si eso es de Dios no podrán con ello y se darán con un canto en los dientes, y si no es de Dios ya se verá… por sus frutos los conoceréis (y estos parece que son de santidad)
    Un cordial saludo

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    amantedelaiglesia 13 años

    ME PARECE QUE ESTA OBRA ES DE DIOS. LOS QUE LA CRITICAN CREO QUE SON UNOS REVENIOS Y SIENTEN VERDADERAMENTE UNA ENVIDIA QUE LES CORROE POR DENTRO.

    TOMEMOS TODOS EJEMPLO DE ESTAS MUJERES QUE NO PARAN DE REPETIR EN SU VIDA «HAGASE LA VOLUNTAD DE DIOS»

    LOS QUE NO AMAIS A LA IGLESIA Y BUSCAIS UNA IGLESIA NUEVA QUE SEA DEMOCRATICA Y MIL COSAS MÁS… ¿ NO OS CANSAIS ? ESTAIS MÁS PASAOS YA QUE LA CANALILLO. SOIS UN CANCER EN LA IGLESIA.

    ÁNIMO MADRE VERÓNICA… HOY SE HACE MÁS FIRME ESA FAMA DE SANTIDAD QUE USTED TIENE.

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    anónimo 13 años

    simplemente un breve comentario; si realmente las hnas que profesaban no sabían con antelación que iban a haber cambios importantes en sus vidas… cómo es que profesaban sin tener verdadero sentido de pertenencia a la Regla de las Clarisas? está claro que esperaban algo nuevo, cómo si no entregar toda tu vida a algo de lo que no estaban convencidas?… con todos mis respetos, los argumentos de la madre Verónica me descuadran bastante.

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    Juan 13 años

    No recuerdo tener consciencia de esto de LERMA; sí había oído alguna vez algo respecto al asunto. Pero he leído atentamente el amplio escrito, lo que me ha permitido deducir que qué va la cosa. Los comentarios precedentes me han prestado buena ayuda; todos aportan algo digno de tener en cuenta, pero, finalmente, llego a una conclusión, pese al dicho «Dios escribe derecho con renglones torcidos». Me quedo, cien por cien con el breve de Polibio, reconfirmado tras conocer la foto de la Hermna Verónica.

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    Juan 13 años

    No recuerdo tener consciania de esto de LERMA,sí había oio alguna vez algo respecto al asunto. Pero he leido atentamente el amplio escrito, lo que me ha hecho deducir que qué va la cosa. Los comentarios precedentes me han orestado buena ayuda; todos aportan algo digno de tener en cuenta, pero, finalmente, llego a una conclusión, pese al dicho «Dios escribe derecho con renglones torcidos». Me quedo, cien por cien con le breve de Polibio, reconfirmado tras conocer la foto de la Hermna Verónica.

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    Polibio 13 años

    Una justificación patetica y soberbia como pocas. Hago lo que me parece porque «es la voluntad de Dios» y no hago lo que no me parece porque «no es la voluntad de Dios». Es increible esta soberbia.
    Por no hablar de la ambición, del oscurantismo, del secretismo, de la desleadtad y de manipulación para no perder el control de una poderosa herramienta de poder en el mundo de la vida consagrada.

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    Severiano Blanco 13 años

    El escrito de Sor Verónica no es una carta, sino un documento que, en terminología del Card Newman, podría llamarse «Apologia pro vita sua». Está redactado con inteligencia, con orden, supongo que también con sinceridad; y a la defensiva. Y no es para las Clarisas, sino para el gran público (de lo contrario no se habría dado a la Red.
    Pero el Documento no ha salido tan perfecto como la autora -o los autores/as- han pretendido. En el texto aparece una «autoacusación» muy seria: Durante años Sor Verónica y sus colaboradoras han estado en un convento de Clarisas formando jóvenes en otro espíritu. Es el único modo de entender que algunas, a la hora de profesar, dijesen: «yo profeso lo que se vive aquí, pero no me identifico con la Regla de Santa Clara ni con las Constituciones de la Orden». Está claro que las habían formado para vivir «otra cosa». Y Sor Verónica se autoinculpa aún más cuando dice que admitían a la profesión a jóvenes que confesaban expresamente no identificarse con esa Regla y esas Constituciones; no basta con que les diese algún consejo atenuante… Esa admisión no puede calificarse sino como grave irresponsabilidad y como infidelidad a la Orden a la que pertenecían. Estoy seguro de que las buenas Hermanas Clarisas perdonan generosamente tal fraude, y deseo que lo que no ha comenzado con total «limpieza» llegue a ser, mediante las subsanaciones posteriores, un gran regalo para la iglesia.

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    Miguel Angel Moral 13 años

    He estado a la espectativa de todo lo que ha ido ocurriendo en el Monasterio de Lerma durante años. Y en especial, durante los 11 años que estuve en Cuba.
    Siempre crei que ahì habìa algo difì il de explicar para un «afuerino», quie solo llega por visitar a su proima y pedirle aue siga orando por su primo misionero.
    Confieso que a mi no me convencieron las sonrisas ni la alegrìa externa que siempre percibìa… Y que sxiempre dije: «Si son rosas algùn dìa tendràn que florecer»

    Està por verse esto ùltimo… Confìo en que van a florecer… sobre todo ahora que se quieren ponerse a «echar las redes mar adentro».
    ¿En ùè mundo se van a meter?
    Les pido que oren por mi…. Estoy a punto de emprender un compromiso muy serio con la Parroquia que animo…Y necesito que sea una Obra del Señor… Quiero hacer una misiòn popular en la onda de Aparecida… Quiero sembrar dde Comunidades Cristianas, sin nombre y apellido los barrios de mi ciudad: Alto Hospicio», en el Diesierto grande de C hile…
    Y cuando piens
    en sañlir de LERMA – LA AGUILERA… yo les ofrezco este lugar, este espacio donde tambièn tenemos derecho a que el ^Pueblo de Dios viva su fe en Cristo el Señor…

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    anonimo 13 años

    ¿Y no se ha preguntado que igual la causa de que no quieran ser clarisas, es porque ella las ha estado «formando» – o deformando- en un espíritu distinto del de las clarisas?

    Si ella misma dice que les da la formación de los padres de la Iglesia, de Juan PAblo II, etc. etc. ES AHÍ DONDE ESTÁ EL PROBLEMA: ELLA FILTRA TODA LA INFORMACIÓN Y DOCUEMNTACIÓN, y sólo les hace llegar lo «que la interesa», y hay otras muchas cosas buenas en la Iglesia, incluidas las clarisas, que no las hace llegar la documentación…Las forma en un carisma distinto, ¿y luego atribuye al Espíritu que quieran ser de un carisma distinto?…. Vamos hombre, a eso se le llama cinismo…

    Ella las forma desde el principio en un carisma distinto, y aseguro al 100% que la formación que reciben (aunque sea buena y conforme a la Iglesia) no tiene nada que ver con las clarisas, por eso salen distintas… Las forma «a su imagen y semejanza»

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    Georges TRAD 13 años

    Reverenda Hermana Verónica Berzosa .
    En agosto 2008,he tenido la oportunidad de visitar a su convento de Lerma.He léido con mucho interés su carta :
    muy edificante y profunda ,felicidades ! Doy gracias al
    Señor y a su Madre por todo lo que estais haciendo …
    Unidos en la oración .
    Georges TRAD , hermano marista , Byblos – Líbano .

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    sonia 13 años

    …me parece un poco de verborrea que justifica todo muy espiritualmente, vamos que sabe hablar.
    …sigue sin gustarme!

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    […] Carte de la Hna Verónica Berzosa osc “A NUESTRAS HERMANAS CLARISAS” […]

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