Obispos Vascos a los religiosos/as: «Necesitáis y merecéis nuestro aprecio, nuestro apoyo cordial mucho más que nuestras observaciones críticas».

icetaAsí se refieren los Obispos vascos a los religiosos y religiosas en su última carta pastoral difundida hoy día 25, miércoles de ceniza. (Clic aquí).

Estas palabras de estímulo y afecto las han dicho en referencia, sobre todo, a los religiosos dedicados a la educación católica, en el marco de una preciosa Carta Pastoral dedicada a la Palabra de Dios.

Reproducimos aquí todo el número que dedican en su carta pastoral a los religiosos.

n.60 Los religiosos «tengan ante todo diariamente en las manos la Sagrada Escritura, a fin de adquirir por la lectura y la meditación de los sagrados libros el sublime conocimiento de Jesucristo» (Perfectae caritatis, n. 6). Escuchar la Palabra es un requisito necesario para adquirir experiencia de Dios, para llegar a ser comunidad, para permanecer en la fidelidad y para mantener el espíritu apostólico.[1] La escucha asidua de la Palabra nos va comunicando una especie de instinto sobrenatural, una mirada de fe sin la cual la propia vida pierde gradualmente sentido, el rostro de los hermanos se torna opaco hasta el punto de volvérsenos casi imposible descubrir en ellos el rostro de Cristo, los acontecimientos de la historia se nos vuelven planos, cuando no privados de esperanza y la misión apostólica y caritativa degenera en un activismo disperso.

Tenemos especialmente ante nuestra mirada a las comunidades monásticas y contemplativas. En los monasterios cuajó la «lectio divina». En ellos se practica intensamente. Adentraos en el conocimiento de la Escritura. Dedicadle muchas de vuestras sesiones de formación permanente. Os ayudará a una lectura creyente y orante más fructuosa. Iniciad en ella a cuantos se acercan a vosotros con verdaderas inquietudes evangélicas.

Nuestra atención se centra igualmente en las Congregaciones dedicadas a la educación de la fe. Juan Pablo II (Vita consecrata, n. 4) orienta vuestra actividad de educadores de la fe «sobre todo a los Evangelios que son el corazón de las Escrituras» y os invita a que «promováis del modo más acorde al propio carisma escuelas de oración, de espiritualidad y de lectura orante de la Escritura».

Tenéis a muchos niños, adolescentes y jóvenes físicamente cerca de vosotros. Experimentáis con dolor y preocupación la distancia psíquica que sienten respecto a vuestras propuestas de fe y vuestra escala de valores. ¿No será la Biblia un punto de encuentro real, al menos, con algunos? Así lo cree Benedicto XVI, que les dirige estas palabras: «Siempre es muy importante leer la Biblia de un mudo muy personal… pero al mismo tiempo es muy importante leerla en compañía de las personas con quienes se camina».[2] El Papa les invita asimismo a adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano para que sea… «como una brújula que indica el camino a seguir».[3] Jóvenes que se sienten atraídos por otras culturas y que, según los expertos, se sienten tan perdidos que buscan (incluso bajo una forma de rechazo) puntos de referencia que les orienten en la vida, ¿se sentirán tan extraños a una lectura creyente y orante de la Escritura debidamente acompañada?

Nuestra Escuela Católica ha dado en los últimos años pasos sumamente notables a la hora de mejorar su calidad pedagógica y técnica. Estáis realizando verdaderos esfuerzos para ofrecer y transmitir la fe cristiana y cumplir así vuestra irrenunciable vocación evangelizadora. Muchas veces nos comunicáis vuestra desazón al comprobar la desproporción entre los recursos dedicados a esta misión y la modestia de los resultados obtenidos con los alumnos y sus familias. Tal vez podáis a veces sentiros algunos tentados de rebajar la extensión y la intensidad de vuestro ofrecimiento creyente. No sucumbáis nunca a esta tentación. Mejorad el «cómo», pero no descuidéis el «qué». Sed vosotros por vuestro testimonio orante, acogedor, abnegado, anuncio de vuestra fe. Formad a los profesores laicos en la fe y en la vocación educadora. Utilizad la Biblia de manera intensiva y pedagógica. Familiarizad con ella a vuestros alumnos y alumnas y a sus padres. Orad entre ellos con la Biblia en las manos. Vosotros sois, por vuestra entrega a los niños y adolescentes y por vuestra relación con los padres uno de los puentes que la comunidad eclesial ha de cuidar. Si en algún momento ha sido necesaria la Escuela Cristiana, lo es en la época actual. Necesitáis y merecéis nuestro aprecio, nuestro apoyo cordial mucho más que nuestras observaciones críticas.

[1] Cfr. P. Chávez, Rector Mayor de los Salesianos, o.c., pp. 8-20.

[2] Benedicto XVI, Encuentro con los jóvenes romanos (6-IX-2006), en L’Osservatore Romano, edición española (14-IX-2006), p. 3.

[3] Benedicto XVI, Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud (22-II-2006), en L’Osservatore Romano, edición española (3-III-2006), p. 3.


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    Miriam Delclaux 15 años

    Menos mal que hay algun obispo que nos quiere a los religiosos y no piensa sólo en qué es lo que tenemos que convertirnos. A mí todo esto me suena a defensa de unos obispos frente a otros de los religiosos por el tema de la educación para la ciudadania, aunque no tiene por qué referirse sólo a eso. Gracias,
    don Ricardo y don Mario, por esta defensa y apoyo que recibimos.

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