IIº ENCUENTRO DE OBISPOS CAPUCHINOS

La semana pasada, en un clima de comunión fraterna y de alegría, volvieron a encontrarse, 65 obispos capuchinos de todo el mundo, que partieron en peregrinación hasta el santuario de San Pío de Pietrelcina, en San Giovanni Rotondo. Entre ellos se encontraba también el arzobispo de Bostón, Cardenal O’Malley. Salieron en autobús desde Roma el 12 de septiembre y llegaron a San Giovanni Rotondo concretizando así la propuesta avanzada por alguno de ellos, en la celebración del último Capítulo General, y ahora hecha realidad por el Ministro General, Fr. Mauro Jöhri, que ha invitado a todos los obispos capuchinos.

En todo el mundo hay 89 hermanos capuchinos llamados a servir a la Iglesia como obispos, la mayoría de las veces en lugares difíciles tanto por las condiciones ambientales como sociales. Un grupo de estos hermanos, entre los que hay ya bastantes eméritos, no ha podido participar, pero han manifestado su propia cercanía y oración por el buen éxito de la reunión.

Entre los temas de reflexión propuestos estaban: la Identidad Capuchina y el Ministerio Episcopal; el Obispo y la Orden/Provincia: Comunión y Colaboración; la vuelta a la Provincia de los Obispos eméritos (la situación canónica-jurídica y la reinserción en la Provincia); los Santos obispos Capuchinos, modelos de santidad. ¿Cómo se pueden vivir los valores fundamentales de nuestra vida como la minoridad, la fraternidad y la sencillez cuando uno es llamado a servir a la Iglesia cómo Obispo? De la alegría y sencillez fraterna con la que los participantes han vivido el encuentro se ha visto con claridad que los valores del carisma franciscano-capuchino no sólo no están en conflicto con el servicio episcopal, más bien al contrario, dadas las dificultades y los desafíos pastorales y sociales que muchos de los hermanos obispos viven, son elementos que les ayudan a vivir en plenitud su servicio episcopal.

El Encuentro ha sido una expresión de la alegría y de gloria para la Orden por el servicio y el testimonio de nuestros hermanos Obispos que ejercen su ministerio partiendo de su vocación capuchina.  La vocación episcopal de estos hermanos tuvo su origen en el seguimiento caluroso y radical de la Regla y vida de los Frailes Menores y el nombramiento episcopal les ha llegado solamente después de haber prestado un particular servicio como ministros, formadores, teólogos o servidores de los pobres y del Evangelio. El ministerio episcopal de nuestros hermanos Obispos continua estando marcado por los ideales más nobles de nuestra vocación franciscana: el amor al Evangelio, la obediencia a la Iglesia y la acogida a los pobres.

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